La belleza de escribir radica en la posibilidad de volver a empezar tantas veces como sea necesario. No hay reglas rígidas, solo principios flexibles que tú puedes moldear según tu propio camino.
Muchas veces actuamos como si todo fuera definitivo, como si fuera la última oportunidad... Como si no hubiera vuelta atrás. Y seguramente todo es más sencillo y más flexible. Y casi nada es tan serio como parece.
Cuando me siento muy incómodo o preveo que una situación puede llegar a superarme, recurro a un pequeño mantra absurdo pero efectivo, entonado con una voz cómica: "Pero qué más dará esto, si nos vamos a morir todos...". Es una manera de quitarle hierro al asunto, como ese "casi nada es tan serio como parece" que has remarcado.
Lo curioso es que casi siempre tenemos más flexibilidad que la que creemos tener. Y a la hora de escribir, eso es indiscutible. Somos nosotros los rígidos, y cuando empezamos a entender que esa rigidez la podemos dejar a un lado, todo se convierte en un proceso mucho más gustoso, mucho más valioso.
Paulo,cuánto valor en cada una de tus palabras, cuántas veces hay que releer tus consejos para vivir la experiencia desde el gustazo de escribir, un texto para guardar y leer en los momentos de flaqueza y de tormentas.GRACIAS❤️
Muchas gracias a ti, Paula, porque siempre digo que el valor que pueda haber en las palabras escritas lo componen tanto quien las escribe como quien las interpreta. Si no hay sensibilidad a ambos lados, no podrían tener ese efecto. :)
Leerte es como cuando hace mucho calor y de repente viene una brisa fresquita que te alivia para que puedas continuar lo que estabas haciendo.
Es sentir que todo es posible sin levantar los pies de la tierra.
Te veo el jueves a mis 14:00 hora argentina ☺️🤗
Un abrazo grande
Me guardo esta descripción tan bonita. Quién no va a querer escribir si le dicen que causa ese efecto. :)
Muchas gracias, Elisa.
Me gusta mucho esta frase:
La belleza de escribir radica en la posibilidad de volver a empezar tantas veces como sea necesario. No hay reglas rígidas, solo principios flexibles que tú puedes moldear según tu propio camino.
Muchas veces actuamos como si todo fuera definitivo, como si fuera la última oportunidad... Como si no hubiera vuelta atrás. Y seguramente todo es más sencillo y más flexible. Y casi nada es tan serio como parece.
Gracias, Paulo.
Cuando me siento muy incómodo o preveo que una situación puede llegar a superarme, recurro a un pequeño mantra absurdo pero efectivo, entonado con una voz cómica: "Pero qué más dará esto, si nos vamos a morir todos...". Es una manera de quitarle hierro al asunto, como ese "casi nada es tan serio como parece" que has remarcado.
Lo curioso es que casi siempre tenemos más flexibilidad que la que creemos tener. Y a la hora de escribir, eso es indiscutible. Somos nosotros los rígidos, y cuando empezamos a entender que esa rigidez la podemos dejar a un lado, todo se convierte en un proceso mucho más gustoso, mucho más valioso.
Gracias a ti por estas palabras, Isabel.
Paulo,cuánto valor en cada una de tus palabras, cuántas veces hay que releer tus consejos para vivir la experiencia desde el gustazo de escribir, un texto para guardar y leer en los momentos de flaqueza y de tormentas.GRACIAS❤️
Muchas gracias a ti, Paula, porque siempre digo que el valor que pueda haber en las palabras escritas lo componen tanto quien las escribe como quien las interpreta. Si no hay sensibilidad a ambos lados, no podrían tener ese efecto. :)